(Continuación)
Casi siempre la enseñanza del lenguaje ha estado ligada en la escuela con la cuestión metodológica, es decir, con una serie de pasos que hay que seguir para alcanzar determinados resultados. Sin embargo, a pesar de los métodos en la práctica no se logran los resultados esperados. Esto sucede especialmente cuando las propuestas no dan cuenta de los intereses, los rasgos culturales y lingüísticos de los niños. Así, cuando en la enseñanza del lenguaje, se privilegia un enfoque mecanicista, de parte del alumno se genera una resistencia a desarrollar lecciones del silabario o libro de textos y/o copias por no sentirse identificado con ellas, pues en éstas se privilegian textos y ejercicios artificiales decontextualizados del tipo “Mi mamá me mima”. (UNESCO: Tendencias en la enseñanza del lenguaje).
Leer es una actividad compleja de construcción del sentido de un texto. En este proceso se coordinan todo tipo de estrategias e índices lingüísticos (contexto, tipo de contextos, superestructuras, marcas gramaticales significativas, palabras, tipos de letras, etc.) e índices no lingüísticos (ilustración, soporte, tipografía, entre otros) y esto no debiera ser descuidado en las acciones didácticas de promoción de la lectura.
Como en todas las acciones que se realizan, conviene reflexionar acerca del concepto de lectura, de su funcionalidad y del impacto que produce sobre el lector. Desde esta perspectiva podríamos que:
- la lectura es un juego, porque la diversión es el principal atractivo de las obras de ficción. Cuanto más se lee, mayor es el goce.
- la lectura es un viaje porque es posible viajar por diferentes lugares y en situaciones muy disímiles.
- la lectura es un alimento porque permite ampliar los conocimientos y experimentar diversas emociones.
- la lectura es una investigación porque leer es descubrir el significado de los textos, lo que dicen, pero también es descubrir el sentido, lo que los textos quieren decir.
Por otra parte, como en cualquier situación de enseñanza, sería deseable que el docente pudiera generar actividades metacognitivas en las que los alumnos lograran autoevaluar y autocontrolar el manejo que tienen de su lenguaje (oral y escrito). En la medida en que los chicos logren desarrollar este tipo de estrategias metacognitivas, podrán reflexionar críticamente acerca del propio desempeño como lectores y/o escritores.
Las ideas que construimos sobre el tema
En este espacio se intenta promover la autorreflexión, el intercambio y la discusión entre los colegas.
La intención, como se ha dicho en varias ocasiones, es replantearse o volverse a preguntaraquello que aparece como canónico, inamovible, incuestionable, –muchas veces de manera inconsciente– y que muchas veces se expresa en el discurso y/o se reproduce en las prácticas áulicas.
Las siguientes consignas apuntan a una mirada introspectiva individual y luego a la discusión grupal
- ¿Qué entiende usted por la expresión ser un buen lector? ¿Es usted un buen lector?
- Cuando usted piensa su vínculo con los libros, ¿aparecen imágenesgratas de su infancia o su adolescencia?
- ¿Recuerda algún libro especialmente?
- ¿Con qué situaciones o personas significativas relaciona la lectura placentera?
- ¿Qué lugar han ocupado sus maestros en su vínculo con la lectura?
- Para promover la lectura en la escuela, ¿es necesario que el maestro sea un buen lector?
- Los medios de comunicación, ¿son enemigos de la lectura?
- ¿Cuál es la utilidad de la lectura? Hacer un listado de utilidades.
- ¿Cuáles son los mitos que existen en la escuela respecto de la lectura?
Cambiar no es tarea fácil; ni se puede lograr en poco tiempo. Lo que se ha convertido en una práctica habitual puede ser sustituida por otra diferente. Para ello es necesario identificar con claridad el sustento de las acciones que se realizan casi mecánicamente y las razones por las cuales es necesario encontrar nuevas estrategias. |
Algunas puntas para la tarea en el aula
Promover la lectura supone la planificación y conducción de acciones tendientes a la exploración de distintos textos y lograr el afianzamiento del proceso. A estas acciones planificadas que apuntan a un fin determinado podemos llamarlas estrategias de promoción de la lectura. Algunas de ellas son:
Estimular la curiosidad por el mundo de los libros.
- Organizar una pequeña biblioteca en el aula genera, con el tiempo, la familiaridad con los libros y enseña a valorarlos y a cuidarlos.
- Realizar carteleras con el libro recomendado del mes.
- Clasificar el material bibliográfico a partir de diferentes criterios para armar un rincón de lectura en el aula.
- Tener diarios y revistas en el aula para comentar con los chicos hechos de la realidad o bien los temas que leen en los textos.
- Visitar librerías, bibliotecas y ferias de libros.
- Conversar acerca del perjuicio de usar fotocopias de libros.
- Escribir a los autores favoritos e invitarlos a participar de encuentros en la escuela.
- Entrevistar a editores, ilustradores y especialistas en literatura infantil para conocer su trabajo.
Véase Bibliografía al final del artículo.