La hoja que encontré

Hoy entré a un café que estaba repleto de gente. Cuando se desocupó una mesa, me acomodé en ella sin esperar que la limpiaran. Debajo de la taza vacía había una hoja de cuaderno con algo escrito. Sin pensarlo, y de puro chusma, corrí la taza para poder leer lo que decía. Grande fue mi sorpresa al leer "Composición Tema: Mi familia", y el dueño de esa hoja había escrito y borrado tantas veces que se le había hecho un agujero. Cerré los ojos y me puse mentalmente a escribir sobre el tema que al anterior cliente le costó tanto.
Mi familia, para mí la mejor (aunque en su gran mayoría piensen lo mismo). Sin ellos no sería igual vivir, me encanta la unión que existe entre nosotros, me siento contenido, amado, sé que ninguno de ellos me va a defraudar, son mi mayor alegría. Mi hermano, el compañero ideal, el confidente perfecto, mi gran protector. Mi papá, el que infunde respeto, el gordito serio y gritón que tiene un corazón más grande que su enorme panza. Mamá, la compinche, la salvadora, la que siempre está un paso más adelante para cuidarnos un poco más, la guía y protectora del hogar.
Mi familia es aquella que me apoya en mis sueños, en lo nuevo que voy a enfrentar, y que me hacen sentir esperanzado de que no voy a fallar. Es aquella que siempre está cuando algo anda mal.
En ese momento vino el mozo y me interrumpió mi compisición mental, ordené mi pedido y me puse a pensar: si yo en un minuto pude contar lo feliz que soy por tener una familia a todo dar, qué triste debería estar aquella persona que, sin saber qué poner, se puso a borrar de más.
Suspiré profundo, sentí una profunda alegría por ser millonario de afectos, tomé el café de un sorbo y me fui corriendo a casa para estar en familia, para estar en mi lugar, en mi refugio de paz y con la dicha de sentirme valorado, amado y respetado, que me hace sentir bien de verdad.

Diego Hernán Giraldi
Colegio Dardo Rocha
Acassuso, Buenos Aires