Solo te pido

Era un día hermoso, con muchísimo sol, un 9 de abril. La hora no la recuerdo muy bien, solo sé que los rayos del sol dejaron de ser tan fuertes y brillantes para mi.
A partir de ese momento, a pesar de ser tan pequeño mi vida dió un cambio muy grande.
Fue todo de golpe. ¿Cómo en un instante puede cambiar todo? ¿Por qué a partir de ese momento tengo que contar el antes o el después? Si yo aún no tenía dos años, me cuesta mucho hablar del tema por eso aprovecho la oportunidad de poder contártelo de esta manera.
¿Sabés qué me pasó ese 9 de abril?
PERDI A MI PADRE.
Él era morocho de ojos y corazón de miel, de mirada profunda, inteligente, muy familiero ¡él sí sonreía a la vida!
Me contaron que me quería mucho, que me dormía en su pecho y abrazado a su cuello. Él me regaló mi primera pelota de fútbol cuando tenia seis meses, me ayudó a soplar mi primera velita.
No sabés lo que me cuesta aceptar que ya no lo tengo; que no pude compartir con él ni primer día de clase, mi primer boletín, cuando por primera vez entre a la cancha con la camiseta de su club preferido no estaba, ni atrás del arco ni en la tribuna.
Inocentemente lo buscaba y por momentos imaginé que festejaba cada jugada bien hecha, porque según su filosofía no necesariamente tenía que hacer el gol para festejar.
No te imaginás con que ganas me quedé de disfrutar un picado en la plazoleta; cuando aprendí a jugar al truco no pude desafiarlo, lo hice con mi hermana.
¡Son tantas las cosas que no puedo compartir! Porqué la vida me lo arrebató… no sé por qué.
Sólo se que no lo tengo.
Cuando logro algo no puedo gritárselo y si fracaso no lo tengo para refugiarme en ese ser maravilloso.
EI tío, su hermano, me contó con lágrimas en los ojos que siempre fue un ser extraordinario, callado, tenia muchos amigos, (le encantaba hacer chistes, a todo le buscaba lo positivo), ¡tenía tantos proyectos!
Pero bueno… lo mío es asi. Tengo muchas cosas y aunque tuviese más, siempre me va a faltar mi papá… mi querido y amado "PAPÁ".
Sólo te pido a vos que lo tenés, que le des y a su vez recibas todo el amor que no tuve.
Cuando puedan jueguen un picadito, un partido de truco. Preguntále y pedile ayuda siempre que tengas dudas, cuantas veces yo necesité sus consejos, y si tu papá te dice que no tiene tiempo por su trabajo, que tiene muchas cosas que hacer, explicále que lo necesitás.
Que los momentos que más van a aprovechar son los que pasen juntos, porque el trabajo y los demás siempre van a estar, pero vos vas a dejar de ser niño y eso no se recupera.
Disfrutálo, escuchálo y aprende de él.
Sólo alguien que no lo tiene, sabe del valor de ser tan especial.
Este es el pequeño homenaje que le puedo hacer a mi querido PAPÁ.
¡CUANTO TE NECESITO!
Pero ya vez, Dios lo quiso así.


Franco Livio Borsella
Esc. Nro. 46 Julio C. Lovecchio
Coronel Suarez, Buenos Aires