Los niños y jóvenes de hoy carecen de los conocimientos básicos sobre el ahorro personal y las posibilidades de inversión y previsión, el dinero y su manejo en relación con el trabajo y el futuro, la calidad de vida y la protección familiar.
A la falta de conocimiento financiero de nuestros niños y jóvenes hay que añadir la influencia consumidora a la que están expuestos.
Podemos señalar que estos temas no están contemplados en la educación escolar a través de una enseñanza sistemática y gradual.
La metodología para el proceso de enseñanza – aprendizaje debe incentivar el desarrollo de actividades vinculadas con el ahorro a corto y largo plazo, relacionar el ahorro y la previsión con el crecimiento, desarrollo y la calidad de vida personal, familiar y social.